Identificar señales de abuso

Retraimiento social: Si tu hijo se vuelve repentinamente reservado, se aísla de amigos y familiares, o evita actividades que antes disfrutaba, podría ser una señal de que algo está mal.

Cambios en el apetito: La pérdida o aumento repentino del apetito puede ser una respuesta a un trauma.

Problemas para dormir: Pesadillas, insomnio, o miedo a la oscuridad pueden ser indicativos de angustia emocional.

Agresividad o irritabilidad: Comportamientos agresivos, arrebatos de ira o una irritabilidad inusual pueden ser signos de estrés o trauma.

Regresión a comportamientos infantiles: Volver a mojar la cama, chuparse el dedo o aferrarse a un juguete de seguridad son comportamientos regresivos que pueden aparecer en respuesta a un trauma.

Caída en el rendimiento académico: Deterioro en las calificaciones, falta de interés en la escuela o quejas frecuentes sobre el colegio.

Problemas de concentración: Dificultades para concentrarse, prestar atención o completar tareas pueden ser señales de angustia emocional.

Evitación de ciertas personas: Si tu hijo muestra miedo o evita a ciertas personas sin una razón clara, puede ser una señal de abuso.

Cambios en las amistades: Dejar de ver a amigos antiguos o hacer nuevos amigos que parecen inapropiados o inusuales.

Ansiedad o depresión: Tristeza persistente, llanto frecuente, falta de interés en actividades o comentarios sobre la inutilidad o desesperanza pueden ser señales de depresión.

Miedo o ansiedad inexplicables: Temor a ciertos lugares, personas o situaciones específicas sin una razón aparente pueden ser indicativos de un trauma.

Baja autoestima: Comentarios negativos sobre sí mismos, sensación de vergüenza o culpa pueden ser señales de que el niño está lidiando con abuso.

Lesiones inexplicables: Moretones, rasguños, marcas de mordeduras o cualquier otro signo de daño físico sin una explicación clara.

Dolores inexplicables: Quejas frecuentes de dolores de cabeza, estómago u otros malestares físicos sin causa médica aparente.

Problemas de higiene: Cambios en los hábitos de higiene, como lavarse compulsivamente o evitar el baño, pueden ser señales de abuso sexual.

Comportamientos sexuales inapropiados: Conocimiento o comportamientos sexuales inapropiados para la edad del niño, como tocarse excesivamente, intentar tocar a otros o usar lenguaje sexual explícito.

Infecciones o enfermedades de transmisión sexual: Cualquier signo de enfermedad de transmisión sexual en un niño es una señal de alarma y debe ser investigado inmediatamente.

Ropa interior ensangrentada, manchada o rota: Cualquier signo de daño físico en el área genital.